HUGO Y LOS GEMELOS: SE VIENE EL AGUA
Espejo sonoro, una Argentina que ya no es fácil evocar
“La imaginación narrativa es curativa. Si se logra dar a las penas una apariencia narrativa, entonces se les quita su oprimente facticidad, y pasan a ser absorbidas por el ritmo y las melodías narrativas. La narración las eleva por encima de la pura facticidad”
(Byung-Chul Han, “La crisis de la narración”)
“Ya no se sabe en qué mundo se está, y sobre todo si se está en un mundo. Se muerde un fantasma de manzana, mientras se sigue, merodeando, como desde un principio, lo oscuro”.
(Juan José Saer, “La leche de Underwood”)



Entre tanto mal olor, tanta malaria y tanta necedad, hay un grupo de locos que nos invita a imaginar lugares menos hostiles y más hospitalarios. Estos locos, que están hartos de todo decidieron, a pesar de todo: resistir y transformarnos. Y cómo se vinieron…
El mundo se ha vuelto vil, incómodo, expulsante. Nadie tiene muy claro dónde ir, qué hacer, cómo sacarse del cuerpo el mundo. Entonces decidimos. Elegir el arte es siempre el camino para experimentar sensaciones de placer, de amor, de ternura, de alegría, de diversión. Los recitales no son siempre iguales, no todos a los que he asistido. Sobre todo porque nosotrxs nunca somos lxs mismxs. Asistir a un show musical siempre es un evento transformador, cósmico, mágico. Vuelve a latir en nuestros adentros el infalible nacimiento del asombro. Es con el asombro con lo que llegamos a encontrarnos con lxs otrxs, con sus melodías y con sus sanaciones. Nos dejamos atravesar, no sólo con los oídos, sino con el cuerpo y con lo que sea que está allá atrás del pensamiento. Atrás, donde todavía no es. Este acontecimiento que a veces está y otras no, puede sonar banal pero no lo es.
El primer contacto de la música de Hugo y Los Gemelos con nosotrxs fue algo entre fascinante, misterioso e intenso. Otra vez. Poder entrar en la zona mágica propuesta, no con el cuerpo sino con el alma abierta, en clara acción de tomar lo dado como un regalo era nuestrx deber. El sacrificio fue hecho por un grupo de jóvenes músicos que crean hace 10 años en una banda que no tiene forma, no tiene límite. Es inacabada. Es eterna.












Nietzsche dice: “El canto es un hechizo sobre los demonios, a quienes mueve, tornándoles serviciales y convirtiéndoles en esclavos e instrumentos del hombre”. El canto es un hechizo, el canto y las melodías de Hugo y los Gemelos son la sincronicidad perfecta en un mundo imperfecto. Suena y tiembla en tu cuerpo el tiempo, el cosmos, el brillo, la locura, el jazz, el jazz de otro tiempo, el rock. El rock en lenguas litoraleñas, el rock disfrazado de imaginación. El tiempo, este y otro, el de un viaje por USA, por el blues, por las guitarras llenas de tierra y desierto. El show nos invita a transitar varios estados y lo hace con una música constante que nos mantiene a salvo, entre sus brazos tiernos y grandilocuentes. Los gritos, las penas, este escenario se colma a cada instante de un aura de ensoñación.
Los personajes que viven en estas performances, interpretados por Lautaro Ruatta, acompañan los relatos y dan fuerza y contundencia a los mensajes, a veces, indescifrables. Esos mensajes disparados a cada hora y a cada instante. Las palabras de Ruatta hablan de la vida, de lo contemporáneo, de nosotrxs. Del otrx. De la existencia y de la necesidad de acercarnos, contemplarnos, compartirnos.
El vivo de esta banda nunca defrauda. Las energías en el escenario se despliegan a través del sonido, en un aire invisible entre melodías y voces rasgadas que nos hipnotizan y nos llevan muy lejos. Al desierto, a la ruta, hacia atrás del pensamiento. El nivel musical está demasiado en el heaven.
“Se viene el agua” es el último disco de la banda santafesina, que apunta esta vez a gritar su talento y a dar rienda suelta al estilo, al concepto. La mezcla y el sonido de este disco es impecable, llegando a lograr un trabajo único en su estilo (a nivel local y hasta nacional) que fusiona: jazz, blues, rock, electrónica, folk, murga y pop.
Te invitamos a que escuches a esta banda santafesina y te colmes de fantasía, frenesí, imaginación y locura. Y que si la cosa no mejora tu mejor opción es mimar a tus oídos, a tu vida y a tu existencia con buena música.
“Hay un secreto que cuenta, que todavía hay pulso” (“Guaymallén en las Vegas”, Hugo y los Gemelos).
«Hugo y Los Gemelos» en La Moreno Centro Cultural por Emilia Gauna